martes, 20 de diciembre de 2011

Típico

Conoces a muchas personas a lo largo de tu vida, muchísimas, pero son realmente pocas, las que se quedan en ella. Personas, que están contigo día a día. Personas que llegan a tu vida, como una casualidad, personas que definitivamente no vas a olvidar.
Esas personas, son las que llamamos amigos.
No es fácil encontrarlos, de hecho, ellos te encuentran a ti.
Y puedes hacer de tu vida toda una aventura, cruzar la selva del jardín, volar sentadas en un balancín.
Con un amigo puedes reír y llorar al mismo tiempo. Puedes vivir mil fantasías, y que cada día de tu vida sea como un cuento. Y eso, es justamente lo que hemos logrado.
Nosotras, somos amigas. Olga, Janet, Emilia, Montse...gracias por llegar a mi loca existencia.
Gracias por escucharme. Gracias por acompañarme. Gracias porque cuando soy pobre se preocupan por alimentarme. Gracias por lo bueno y lo malo, porque sin importar lo que piensen los demás, ustedes me han aceptado. Juntas pasamos muchas cosas, compartimos gustos, ideas, y una pulsera. No somos chismosas, somos comunicativas. Tenemos una nube negra entre amigas. Somos víboras, chicas sanas, tenemos algo de luisas, pero por sobretodo, somos amigas. Algo típico entre nosotras, es dibujar en nuestros rostros siempre una sonrisa.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Te quedaste aqui...

Desde el instante en que por primera vez te vi, cuando volteaste y sonreíste, supe que eras el chico perfecto para mi, jamas llegue a imaginar que te tendrías que ir...
Caminabas muy tranquilo, erguido, con una inmensa sonrisa en tu rostro, esa sonrisa...esa sonrisa tan perfecta me enamoró; y entonces, como por arte de magia, una hoja se te cayó, volteaste, me acerqué a levantarla, me sonreíste y te la devolví, dijiste gracias y pense: "claro, haría cualquier cosa por ti", pero no lo dije, solamente sonreí, entonces preguntaste: "¿hacia donde vas?" y te dije: "a la terminal".  me dijiste "te acompaño" y mi corazón palpitaba a mil por hora de felicidad, esos 10 o 15 minutos bastaron para no tener que decir más, me había enamorado y no lo dejaría pasar, te pedí tu número y me lo diste sin preguntar nada más que: "¿y cuál es el tuyo?" Intercambiamos números, nos despedimos y prometimos volver a encontrarnos.
Esa promesa aún no se cumple. Tres años han pasado ya desde ese día. Tres años sin saber de ti. Tres años pensándote a todos horas. Sólo por ese instante, te quedaste aquí. Y me has acompañado diariamente, en cada lágrima y sonrisa, en cada momento de mi vida, tú siempre estás presente. Te quedaste en mi memoria, grabado en mi corazón. Te quedaste para siempre, como un mágico amor. 

domingo, 4 de diciembre de 2011

La amiga más peculiar que he tenido...

Todos en algún momento de nuestra vida, hacemos un amigo muy peculiar, yo, era muy pequeña cuando uno entró a mi vida. Tenía sólo 9 años, pero había ocasiones en las cuales estaba más ocupada que mis padres, tomaba clases de natación, de música, de teatro, de danza, y además estaba cursando el catecismo; en todos esos grupos tenia amistades, gente con la cual con la cual podía compartir, reír, jugar. Todos con cierto grado de importancia para mi, personas con las que tenía gustos en común.
Mi papá tiene sólo una cosa en común conmigo, le encanta leer. Una tarde íbamos caminando por la avenida Costa Verde, leyendo cuanto anuncio viéramos; Venta de comida, de ropa, renta de departamentos; y vimos uno que a ambos nos llamó mucho la atención: "El movimiento Pandillas de la Amistad te invita a vivir sus próximos retiros". Mi papá se detuvo a investigar en que consistía, cuando le dijeron que era un grupo católico para niños y niñas, me inscribió sin siquiera pensarlo.
El 7 de noviembre, estaba entrando entrando al convento de María Reparadora sin saber que ese fin de semana, marcaría mi vida.

Cuando entré, vi alrededor de 20 niñas y jóvenes, y una mujer de aproximadamente 80 años que esbozaba una enorme sonrisa; me llamó mucho la atención y pregunté quién era, alguien me respondió que esa mujer era la madre Angelita, la mayor del convento, y que estaba ciega. Yo nunca había conocido a alguien que no pudiera ver e instantáneamente pensé cientos de preguntas para hacerle, cuando me le acerqué una de las jóvenes que estaban ahí me dijo que me alejara de ella porque debía descansar. La madre Angelita dijo: "Tere, deja que se quede, siempre es bueno conocer gente nueva". Mi rostro se iluminó y le agradecí. Me senté a su lado y sin saber como empezar, solté una pregunta tras otra. Estuvimos cerca de 3 horas charlando luego de las cuales sentí que la conocía muy bien y ella a mi. Ya que pasó ese fin de semana, seguí yendo cada domingo a misa de 11 de la mañana. Platiqué con ella cada cosa que me sucedía. Fue mi confidente, mi mejor amiga.  Cuando iba a cumplir 15 años, ella me preparó espiritual y emocionalmente. Y tiempo después, falleció. Se fue su cuerpo, más no su espíritu. Todo lo que me enseñó, me ha acompañado y guiado en mi vida. De ella aprendí a disfrutar las cosas bellas de la vida. Aún conservo una foto de una flor que tomé en el jardín del convento. Aún recuerdo su tierna risa. Y aún creo que es un angelito que me cuida, la amiga más peculiar que he tenido.

sábado, 26 de noviembre de 2011

Un ligero cambio.

Siempre es bueno hacer cambios, sin embargo, no todos los cambios traen consigo buenos resultados, al menos no al instante, tal vez a largo plazo...en fin, la vida es constante cambio, cambio pequeños que llegan a ser insignificantes: cambio de ropa, cambio de canal en el televisor, cambio de foto de perfil en las redes sociales; y hay cambios grandes que no pasan desapercibidos: cambio de casa, cambio de escuela, cambio de pareja, etcétera. Hay cambios pequeños que son importantes para ti pero que las personas que te rodean, no los notan; para mí ha sido un cambio muy grande el dejar mi antiguo cuaderno de dibujo...
Claro, que ese cambio tuvo una razón, antecedida por otro cambio, y otro, y otro más.
Al comenzar la universidad, conocí gente nueva, y mis amistades e intereses se vieron afectados, pero, si algo me impactó, fue el cambio de maestros. Cada maestro tiene algo en particular que hace que sus alumnos lo definan, y estos, no eran la excepción. Todos, sin embargo, me han fascinado de alguna u otra forma. Tengo una maestra que en cada clase nos pone una dinámica diferente, una maestra con la cual no hacemos nada, también hay una que siempre nos escucha y aconseja, un maestro que no sabe trabajar sin presión, uno que contesta cualquier pregunta, aunque desconozca la respuesta, y también una maestra, que siempre busca aflorar nuestros sentimientos, nos ha hecho llorar más de una vez, tiene la costumbre de ponernos a reflexionar, y entre esto, a escribir...
Ella me hizo volver a este blog, sin embargo, volví con un ligero cambio. Cuando creé este blog, escribía también por una clase, sin embargo, en ella tenía la libertad de escribir cuando quisiera. En clase, en la escuela, tomaba mi cuaderno de dibujo y mi lápiz y comenzaba a trazar, ya que tenía una imagen en la hoja, escribía detrás y alrededor de ella. Muchas veces, sólo hacía el dibujo, y por la noche, en medio del silencio, entonces redactaba.
Ahora, debo escribir en clase, los primeros días tomé mi cuaderno de dibujo y narré parte de mi vida en él, pero la maestra me dijo que el cuaderno de dibujo no era para escribir, era para dibujar, y que si le volvía a entregar el texto en él, no lo iba a revisar.
Ahí fue cuando vino ese pequeño cambio que nadie más que yo, notó.
Saliendo del colegio, compré un cuaderno de cuadros.
Llegué a mi casa, y escribí, una y otra y otra vez, y nada me gustó. Entonces, me dí cuenta de que cambiar el cuaderno no era todo. Y decidí cambiar también el aspecto de este blog. Y aquí estoy, dándoles de nuevo las razones de lo que escribo hoy.

sábado, 22 de octubre de 2011

Me lo dijo mi almohada.

Itzayana es una niña muy inquieta y alegre, le encanta ir al parque con su perrita Taiga, pero aún más le gusta, ir a visitar a sus abuelos a Valle de Bravo.
Mañana es el cumpleaños número 9 de Itzayana y sus papás planean ir a casa de los abuelos; pero hay un problema, Itzayana tiene una almohadita de cuando era bebé y siempre duerme con ella, pero hoy mamá la lavó y de lo vieja que está se ha roto.
Cuando Itzayana llega a casa después de la escuela, mamá le dice que haga su maleta porque irán a casa de los abuelos. Cuando ella va a su habitación y comienza a guardar sus cosas, nota la ausencia de su almohada y le pregunta a mamá donde está, en el momento en que mamá le dice que ya no sirve, Itzayana se pone a llorar, hace berrinche y dice que no quiere ir a casa de los abuelos, sin embargo, al final decide sí ir porque la casa de sus abuelos le gusta mucho.
Así que se subieron al carro y partieron rumbo a Valle de Bravo.
Cuando llegaron a casa de los abuelos, Itzayana ya se había olvidado del altercado de la almohada y bajó corriendo a darle un beso y un abrazo a sus abuelos.
Taiga, que también había ido, comenzó a corretear una mariposa por el jardín e Itzayana entró con su abuelita a la casa para tomar un poco de té.
Cuando comenzó a caer la tarde, comieron pastel  y después hicieron una fogata. Al terminar, se levantaron, le echaron un poco de tierra y cuando ya se iban a acostar, Itzayana se acordó de que no tenía su almohadita y se puso triste, entonces su abuelita le dijo que ella le iba a regalar una almohada mágica para que se sintiera mejor. A Itzayana le gustó la idea y la aceptó, le preguntó a su abuelita porque era mágica y ella le dijo que porque una almohada nueva siempre trae consigo sueños nuevos.
Itzayana se fue a su cuarto satisfecha con la almohada que su abuelita le había regalado. Se acostó y comenzó a soñar. Al otro día despertó muy contenta y corrió a buscar a su abuelita para decirle: “¡Abuelita! ¡Tenías razón! ¡Las almohadas nuevas traen sueños nuevos!”
Su abuelita estaba muy feliz porque su idea había resultado y le preguntó a Itzayana qué había soñado, ella le respondió que soñó que estaba en un campo con Taiga correteando muchas mariposas de muchos colores.
Itzayana estaba tan feliz que no se había dado cuenta de que estaba lloviendo, cuando lo notó le preguntó a su abuelita qué cosa podría jugar dentro de la casa, ella le dijo que jugar, nada, pero que podía leer un libro. A Itzayana no le gustó mucho la idea, eran vacaciones.  Pero cómo no tenía nada mejor que hacer, fue a buscar un libro que le llamara la atención. Encontró uno sobre campamentos y lo comenzó a leer, se encontró con que al apagar una fogata se debe tener mucho cuidado porque podría convertirse en un incendio, eso le llamó mucho la atención pues ellos hacían fogatas constantemente ya que a ella le encantan los bombones asados.
Le devolvió el libro a su abuelo y fue a tomar una siesta.
Cuando despertó corrió a buscar a sus abuelos y les dijo: “Abuelitos, tuve un sueño muy interesante, ¿quieren qué se los cuente?”
Sus abuelos le dijeron que sí y se fueron a sentar los 3 al jardín. Entonces Itzayana les dijo: “Soñé que era un guardabosques, y que unos niños iban de campamento y apagaban mal su fogata e iniciaban un incendio. Entonces iban a buscarme para apagarlo y llamábamos a los bomberos, ellos lograban apagar el incendio pero muchos arbolitos murieron.”
Sus abuelitos le preguntaron qué había aprendido en ese sueño y ella les dijo que había aprendido que es muy importante apagar bien las fogatas porque si no pueden ocurrir accidentes y que si el incendio de su sueño hubiese sido más grande los bomberos se hubiesen tardado mucho en apagarlo y hubiera sido muy peligroso, y que aparte se mueren muchos árboles y los árboles son muy importantes porque nos dan oxígeno.
Sus abuelitos se sintieron muy orgullosos de ella porque había aprendido mucho y de premio, fueron a acampar, pero claro, se cercioraron de apagar muy bien la fogata.

Fin.

viernes, 30 de septiembre de 2011

No sólo me gusta, me encanta.

Cuando tenía 3 años mi papá trabajaba casi todo el día, y cuando llegaba a casa lo único que quería era recostarse y leer su periódico.
Yo, lo único que quería cuando el llegaba, era estar con él. Así que me acercaba y le pedía que me dejara leer con él. A veces me decía que no porque había noticias muy feas, pero como yo insistía en hacerlo, al final accedió. A veces leía en voz alta para que yo lo escuchara, a veces sólo me mostraba las imágenes de los libros.
Poco a poco fui relacionando las letras y comencé a leer con él. El primer libro que leí fue Caballo de Troya. Obviamente teniendo 3 años, no lo entendí, sin embargo, conseguí estar con mi papá a lo largo de esa lectura. Cuando él me vió y oyó leer sin su ayuda se sintió muy orgulloso, y yo me propuse hacerlo aún mejor. Seguí leyendo, en busca de su aprobación. Al fin había encontrado algo que compartir con él, y no pretendía dejarlo.
Cada año, en las fiestas decembrinas o mi cumpleaños, pedía que se me regalara un libro, con el paso del tiempo, he llegado a tener una biblioteca personal más amplia que la de mi papá.
Conforme fui creciendo, me fui distanciando más de mi papá, pero leer ya era un hábito para mi, y no lo he dejado de hacer.
Leo para relajarme, para concentrarse, para aprender, y para poder enseñar, para cuando necesito reir, y también llorar. He encontrado una variedad enorme de libros, y me he aventurado a conocerlos, no tengo un género preferido, simplemente me encanta leer. Dice mi hermana que casi es un vicio en mi la lectura porque siempre estoy ahorrando para comprar más libros.
Tal vez tenga razón, pero no dejaré de leer. Me hace sentir bien, leo por el mero placer de vivir una historia diferente a la mia.
Creo que ese es mi por qué. El por qué me gusta leer. El por qué leí Caballo de Troya 6 veces. El por qué que espero, les haya gustado leer.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Una pequeña sonrisa.

Todos poseemos cierto grado de divinidad en nuestro interior, sin embargo, pocos son los que, inclusive tras muchos años de vida, consiguen hallar esa esencia sobrenatural que tienen, y que, al ser empleada de la manera correcta, los lleva de forma adecuada a la culminación de una vida placentera, que, ya en el ocaso de nuestros días, provocará de modo inminente, que en ese rostro, se esboce una sonrisa, el más simple y puro gesto que existe, ese que de manera indistinta, siempre denota que sinceramente, la vida se ha disfrutado. Al inicio de nuestra vida, cuando somos muy pequeños, no ponemos objeción alguna ante esa imperante necesidad de contraer los músculos del  rostro para sonreír, dicen, que inclusive, el sonreír es un buen ejercicio, y más aun el reír, ya que una carcajada pone en acción, hasta 400 músculos de nuestro cuerpo, algunos de nuestro estómago que solo con una carcajada, se activan, por eso es tan fácil mantenerse sano cuando eres un niño, pero, ¿qué provoca que conforme vamos creciendo, perdamos la costumbre de reír? La vida no cambia, cambiamos nosotros, nos damos a la rutina, al estrés, y nuestra esencia divina, ese niño interno que no debemos de perder, se va quedando cada vez más en el olvido, nuestra alma va perdiendo alegría, las preocupaciones, enojos y frustraciones, opacan los detalles que pueden iluminar nuestro rostro; empero, es decisión de uno mismo, la actitud que tomamos ante las situaciones que se nos presentan, y si bien, nos afecta a nosotros, también puede tener cierta influencia sobre las personas que nos rodean, puede ser que tu sonrisa le alegre el día también a otra persona, sonreír es dejar salir el niño interno que tenemos, ese que es capaz de cambiar el mundo, con sólo regalarnos de vez en cuando, una pequeña sonrisa.



jueves, 23 de junio de 2011

Justo ahora...

A llegado el momento de separarnos, y aunque me dicen que no es del todo, que en el alma siempre estaremos juntos, no puedo negar que me harán falta en momentos tus abrazos; justo ahora, que no quiero dejarte, que siento que con todo lo que a futuro se nos viene voy a necesitarte, es entonces que me piden que te diga adiós, que me alegre por ti, que te deje ir a cumplir tus sueños, y vaya que me gustaría hacerlo así, pero no me es tan fácil como quisiera, a fin de cuentas, te has convertido en este tiempo, en alguien muy especial para mi, porque me has acompañado en cada momento importante, lo he dicho muchas veces, y lo vuelvo a repetir, has sido mi eterno confidente tras cada una de mis batallas, te agradezco plenamente tu cariño, tus consejos, te agradezco con el alma, que seas mi amigo; y aunque me cuesta justo ahora estoy dispuesta a aceptarlo, a prometer no derramar ni una lágrima más por el hecho de que ya no estaremos juntos, a respirar profundo y sonreír, por ti. Hoy, y justo ahora me hago el firme propósito, de tenerte en mi mente cada día, de darte un abrazo y dejarte ir bajo la promesa de que esto no sea un adiós sino un hasta luego. Te deseo éxito en lo que te propongas, y espero que cuando hayas llegado a la cima, no olvides que en mi tienes a una amiga.

viernes, 6 de mayo de 2011

Auch!

No puede ser...no, no, no, ¡no puede ser!
Me estoy...¡muriendo!
sí, eso es, me desangro lentamente...agonizo, de a poco me vuelvo más débil...
y me duele, sí, por supuesto que me duele, pero esta vez sí que no fue mi culpa, bueno no del todo, porque ¡auch! yo se lo dije y aún así no me quiso hacer caso...y pues ya que más puedo hacer, ya estoy herido, y herido de muerte, pero ¡auch! me preocupa más ella porque es tan inocente, frágil, no quiero que sufra y sin embargo se que ¡auch! lo está haciendo, está sufriendo, sí, a ella también le duele, porque esta batalla no es de uno solo...¡no señor! los dos luchamos y lo dimos todo o al menos creo y yo ¡auch! estoy orgulloso de ella, es la primera vez que la siento luchar verdaderamente por algo que quiere pero creo que no fue suficiente, y ahora que estoy adolorido, incluso me deprimo y llego a creer que en realidad nunca es suficiente, jamás lo damos todo, siempre hemos de equivocarnos en algo, y pues, está bien, digo, de ahí aprendemos sin embargo, ¡auch! esta vez si nos pasamos, atacamos con todo, pero él, ¡ja! él sí que sabía lo que hacía...contrarrestró todos y cada uno de nuestros movimientos; supo de que manera golpearnos para que nos doliera aún mas, y ella...mi niña, mi pequeña, inocente y tierna...quiso seguir luchando...aún con todas las heridas que ya cargaba, aún con lo dificil que se tornaba la batalla, estaba dispuesta a todo, y yo no lograría hacerla cambiar de opinión asi que...¡auch! la apoyé, sí, seguí a su lado hasta el final, y ahora...ahora sólo noto su sufrimiento, pero ya no puedo hacer nada, yo estoy muy débil y creo que en cualquier momento moriré, sólo quisiera tener la certeza de que ella no se rendirá, porque sé que esta batalla a sido muy dura, pero no será la única, simplemente es la primera, y por eso la más dificil...porque todos alguna vez debemos librar batallas con él, el amor...él que se muestra tan dulce en un principio y luego se convierte en un cruel tirano, sí, él que sin excepción en algún momento de la vida nos atrapa, él que a mí, el corazón de una niña, me ha destrozado...
y sé que en estos momentos ella me odia, o al menos no le importo pero ¡auch! cuando vuelva a encontrarse cara a cara con él, entonces se empeñará por completo en ganarle...y yo seguiré aquí para ella, para apoyarla, porque sé que me cuidará y saldremos adelante...¡sí! confío en ella, y se que encontrará de nuevo
la manera de enfrentarse al amor, y salir victoriosa.

lunes, 11 de abril de 2011

Mi bella rosa

Dos rosas, tan distintas una de la otra, una azul otra rosada, esta última, pequeña, frágil, aún un botón, separada del rosal, en su juventud...maltratada por el descuido de los hombres, temerosa, y sin embargo, una rosa; la otra, azul...aunque este no es su color natural, es el que luce a la humanidad,más abierta, aunque también está herida, y sin embargo, una rosa. Ambas provenientes del mismo jardín, unidas por el amor de quien las sembró, ambas rosas, tu y yo, tu rosada, yo azul, con historias distintas, separadas por la vida, unidas porque somos hermanas, y claro, tenemos defectos, heridas y miedos pero siempre serás mi bella rosa.

martes, 22 de marzo de 2011

Hoy

Hoy, amanecí de buen humor...me levanté y te envié un mensaje deseándote un lindo día. Tomé mi mochila, y me fui. Llegué a la escuela, pensando en ti...¡que novedad! estuve toda la mañana...con alguien más, pero queriendo estar contigo; y cuando salí de la escuela, quise llamarte, preguntarte si podía verte, pero decidí no hacerlo, sentí que seguirte viendo no era lo correcto, tuve mi momento de cordura, y nuevamente me fui. Me dirigí al sentido contrario de donde podría encontrarte, con la firme idea de que con eso dejaría de pensarte, pero no, porque cuando volví a casa, lo primero que hice fue intentar saber de ti, y vaya sorpresa que me llevé, al parecer en tu vida, no soy lo que fui ayer, y creo que definitivamente jamas lo volveré a ser...
¿Quién me dijo que tú, provocarías tantos cambios en mi vida?...¡nadie!
Ni la conciencia ni el corazón...nadie me hizo utilizar la razón, y hoy, estoy aquí, pensándote, extrañándote, queriéndote, tal y como dije que no lo haría...
¿Y sabes que es lo peor? Que lo supe, la última vez que estuve cerca de ti, me dijiste que necesita darme tiempo, sólo para mí...y me propuse hacerlo, y juro que lo voy a cumplir, porque hoy, amanecí de buen humor.

jueves, 20 de enero de 2011

Lágrimas...

A veces de tristeza, a veces de alegría o de cualquier otra emoción, es la manera más sencilla de desahogarse y tambien la menos utilizada, porque a muchos- incluyendome- no nos gusta llorar y menos frente a los demás, dice una canción que nos han educado a hacer del llanto la imagen visible de fragilidad y en cierto modo es cierto, digo, no para todos, pero si a la gran mayoria, nos han enseñado asi, y si vemos a alguien llorar, le ofrecemos un abrazo, un poco de interes con un "¿que tienes?" o simplemente una sonrisa, es nuestro modo de dar apoyo moral, y es algo muy sencillo, es la inocencia del cariño, el querer a alguien y preocuparte por el, y lo pienso, despacio, y me asalta una duda, y le busco una respuesta y nada viene a mi, se que cuento con personas que siempre estaran ahi para apoyarme, pero porque no me gusta? porque rechazo de manera cortante mi necesidad de llorar? me duele, o por lo menos me cuesta, tomar la decisión de permitirle a mis lágrimas ser libres y correr por mis mejillas, y no se porque, digo, no me cuesta nada, nadie me puede decir nada por llorar porque todos lo hacemos y aunque alguien me dijese algo, se que no me hace daño llorar, al contrario, me ayuda a estar en calma, a vaciar mis sentimientos de manera fisica y no solo en una hoja como suelo hacer, lo que me sorprende es que las lagrimas son acumulables, o al menos eso creo porque hay veces en que porque me da pena que me vean llorar, guardo lo que siento, y pasa una y otra vez, y llega un momento en que hasta si me dicen "mira una mosca" lloro, porque creo que mi persona de llena de agua salada, porque eso son las lagrimas, una gota de agua salada, una pequeña porcion del mar, creo de cierto modo es una buena comparación, el mar, inmenso, porque pues hay muchas cosas que nos pueden hacer llorar, pero pues, igual tenemos que aprender a sobrellevarlas porque pues son cosas que pasan, como las olas y pues cada quien tiene un buen grupo de salvavidas que si ven que te estas ahogando se lanzan al agua para salvarte, y esos son los amigos y de veras que aunque no me guste, me estoy acostumbrando a llorar de vez en cuando, pero pues no se creo que siento muy feo el hecho de estar consciente de que en mi casa, mi familia en mis casi 18 años de vida, he sentido menos confianza para expresarme que con personas que no conozco (como mi psicologa xD) pero igual me agrada saber, que tengo una familia en la escuela, una familia en pandillas, que hay personas que siempre estaran ahi para ayudarme a ser fuerte y superar mis problemas, porque aun no aprendo a nadar!(:

lunes, 10 de enero de 2011

Y ahora que todo acabó, que hacer?

No se si reprocharte o agradecerte todo lo que pasamos, porque como en cualquier relación, tuvimos momentos buenos y malos, los buenos me hicieron feliz y los malos me enseñan a seguir asi que considero te debo mucho, porque me diste mas de mil besos, ochocientas sonrisas y un millón de sueños, me tuviste paciencia por cada lágrima derramada, fuiste mi eterno confidente tras cada una de mis batallas, me aconsejaste, me escuchaste y me dejaste amarte, guiaste mis pasos cuando no supe ver el camino, convertiste mas de una vez mi llanto en risa, y tambien me hiciste enojar con las cosas que no me decias...pero la vida tiene un ciclo y esa relación ha terminado sin embargo aun eres parte de mi vida, eres mi mejor recuerdo, el mejor amigo que he tenido, eres mi fuente de inspiración...y ya que la vida sigue, y nada es imposible, seguiré creyendo que encontraste en mí a una amiga y espero que ese sentimiento no cambie jamás.
No tengo más que decirte, porque jamás limité mis palabras, no para tí, tú siempre supiste que pasaba dentro de mí, mis sueños, mis ideas, mis miedos y mis metas, todo te lo dí, y no me arrepiento porque se que siempre voy a poder confiar en tí.
Ahora somos amigos, eso quiero suponer y aunque ya no puedo estar igual contigo, sabes que siempre te querré.