martes, 5 de mayo de 2015

Madurar


Hace días que vengo analizando este asunto, eso de crecer no tiene a todos a gusto. Mamá se enoja, papá se entristece, algunos lo añoran, otros lo aborrecen. Crecer. No en estatura, quizás incluso tampoco en edad, más bien me parece, es cuestión de madurar. Pero, ¿qué es madurar? ¿Acaso es estar serio? ¿No divertirse? ¿Dejar de jugar? ¿Comer todo con cubiertos? ¿No llorar? Para mí, madurar ha consistido en dos cosas: Amar, y Creer.
Amarme a mí, para poder amar a otros ha sido el mayor aprendizaje de mi crecimiento. Amo lo que vivo cada uno de mis días. He aprendido que cada error y tropiezo, me ha traído a donde estoy hoy en día. Amo mis mañanas cargadas de café, con mis alumnos llenándome de preguntas, y la prisa para salir de casa a tiempo. El dolor en las piernas por jugar con mis niños, las manchas en la ropa que dejan los abrazos espontáneos. Amo con locura mis tardes llenas de trabajo, las planeaciones y el material, y sobretodo esa sonrisa que se encarga de recargar mis baterías. 
Los mensajes de un amigo, los regaños de mi madre, la memoria de papá y la emoción de mi mascota al verme llegar. El frío por las noches, el calor al despertar, una ducha que me reconforte antes de irme a trabajar. Todo y nada. Esos momentos, los detalles, el aliento. La dicha de ver mi pared llena de dibujos cuando abro los ojos, la sensación de alivio al tomar agua luego de correr, jugar y gritar. 
Amar cada instante, es lo que me ha hecho madurar. Ha madurado mi mente, y también mi corazón. Hoy por hoy, camino lenta pero segura hacia mi meta. Con la firme convicción de que haré siempre, y en todo lo mejor. Porque he aprendido también a creer. Creer en mí, en Dios, en el amor. Creer que puedo lograr todo lo que me proponga, que siempre habrá alguien dispuesto a escuchar, un abrazo sincero, una mano extendida. Un niño que en su inocencia, borre mis errores. Creer y vivir. Creer en lo imposible, y que a mis ojos, hoy es posible. 
Y así, al madurar mi alma, he ido experimentado lo imposible, la vida, la fe, el amor y la alegría.
Olvidemos la falsa idea de que madurar es no jugar, no reír y no llorar. Madurar, es aceptar, que con fe todo se puede lograr, es Amar con confianza, no con celo y resignación. Madurar es salir adelante frente a todos las dificultades. Madurar es ser tú mismo, y ser feliz con ello.

1 comentario: